Caso de grado (Especialista en Administración). Universidad Icesi, 2008 Título en la caratula: Nadie lo hace como Frisby lo hace
Resumen
RESUMEN: El mercado de las comidas rápidas estaba en auge y la gente quería comer pizza. Entonces las preparaba en su apartamento y los amigos eran los comensales que se encargaban de la degustación y el visto bueno.
Pero pudo más el pollo frito que en el humilde garaje del parque El Lago en su natal Pereira literalmente aplastó la encopetada pizza y su cacareado producto se impuso gracias a una marca de fantasía, no genérica, sonora y corta.
Frisby, una palabra que no tiene significado pero que todo el país recuerda como quiera que se convirtió en el primer lugar en ventas de pollo frito, es una marca registrada en todo el mundo y celosamente vigilada por un pool de abogados.
Cuando comenzaron la aventura y la curiosidad, dos de los elementos que no pueden faltar en la vida de este empresario, el trabajo empezaba a las ocho de la mañana y jamás terminaba antes de las doce de la noche.
Su novia, hoy esposa, Liliana Restrepo, una economista de la universidad Libre, especialista en ejecución de proyectos, le siguió el paso. A tal punto que ambos han sido gerentes generales del conglomerado.
Fue en 1977 cuando se abrió el primer punto de venta en el tradicional parque El Lago de Pereira. Entonces el local era un humilde garaje. Hoy literalmente Frisby se tomó toda la cuadra. Un año después (1978) abrirían el segundo en Cartago.
Recuerda cómo al principio la suya fue una empresa de papá y mamá. Porque el papá o la mamá, estaba en la registradora. Cuando abre el segundo, puede haber un hijo que haga lo propio. Pero al quinto se acaba la familia para acomodarlos. Eran días en que la contabilidad se llevaba "en las colillas de la chequera".