Este artículo presenta las reflexiones surgidas de una investigación
exploratoria acerca del quehacer de los antropólogos en el Valle del Cauca.
Caracteriza dicho quehacer tanto en los oficios que desempeñan, su rol y lugar
social, como en su producción disciplinar, en términos de sus aportes a las
ciencias sociales. El autor sostiene que las prácticas en espacios interdisciplinares,
si bien han sido una ganancia para la comprensión holística de los problemas
de la cultura, diluyen las fronteras metodológicas y de objetos propios de la
antropología regional. El artículo identifica algunos rasgos distintivos de estas
prácticas y los retos a la formación de los nuevos antropólogos profesionales en
el Valle del Cauca.